Casas al final de un largo camino de
tierra. Trabajadores rurales, alcohol y violencia. Estaciones de
servicio en carreteras desiertas. Ríos y pantanos. Perdedores.
Personas queriendo huir de lugares que los acompañan a donde vayan.
Rednecks, hillbilly… white trash. La
tradición esclavista y el racismo, junto al desprecio por el blanco
pobre y sin educación. También hay lugar para ferias freaks,
predicadores, criaturas sobrenaturales, espíritus y el voodoo.
Todos estos elementos forman parte de
una cosmovisión mayor que tiene como común denominador el sur de
Estados Unidos. Desde la literatura (y en especial el southern
gothic), hasta series de televisión como Carnivale o la primer
temporada de True Detective.
En este marco aparece la editorial española
Dirty Works, acercándonos (y rescatando) en nuestro idioma autores
como Harry Crews, Larry Brown, Mark Richard, Dennis Covington... pero
también a Óscar Zeta Acosta (¡el Dr. Gonzo!) o al atormentado hijo
de William Burroughs.
Deudoras de W. Faulkner y Truman Capote, las historias se caracterizan por ser duras y directas. Exponen miserias y humillaciones, pero no se averguenzan de nada. Y mucho menos piden perdón. Pero al mismo tiempo poseen un vuelo literario que las vuelve atrapantes. Imposible no creerle a Harry Crews o Mark Ricard. Casi que llegamos a entender a cada uno de los personajes. ¿No hubieramos hecho lo mismo nosotros en su lugar?
Con una cuidada edición cercana al
libro-objeto (mérito que comparte con la editorial La Felguera), los
Dirty Works se transformaron en un verdadero fenómeno dentro del
público underground, y en una época en donde la batalla contra las
redes sociales y los celulares parece perdida, no nos queda más que
celebrar y unirnos a la legión de fans de la editorial. Y conseguir
los libros, claro. Tarea nada fácil desde esta parte del mundo.
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