martes, 19 de marzo de 2019

Sin lugar para los débiles...

 
Casas al final de un largo camino de tierra. Trabajadores rurales, alcohol y violencia. Estaciones de servicio en carreteras desiertas. Ríos y pantanos. Perdedores. Personas queriendo huir de lugares que los acompañan a donde vayan.

Rednecks, hillbillywhite trash. La tradición esclavista y el racismo, junto al desprecio por el blanco pobre y sin educación. También hay lugar para ferias freaks, predicadores, criaturas sobrenaturales, espíritus y el voodoo.

Todos estos elementos forman parte de una cosmovisión mayor que tiene como común denominador el sur de Estados Unidos. Desde la literatura (y en especial el southern gothic), hasta series de televisión como Carnivale o la primer temporada de True Detective.


En este marco aparece la editorial española Dirty Works, acercándonos (y rescatando) en nuestro idioma autores como Harry Crews, Larry Brown, Mark Richard, Dennis Covington... pero también a Óscar Zeta Acosta (¡el Dr. Gonzo!) o al atormentado hijo de William Burroughs. 


Deudoras de W. Faulkner y Truman Capote, las historias se caracterizan por ser duras y directas. Exponen miserias y humillaciones, pero no se averguenzan de nada. Y mucho menos piden perdón. Pero al mismo tiempo poseen un vuelo literario que las vuelve atrapantes. Imposible no creerle a Harry Crews o Mark Ricard. Casi que llegamos a entender a cada uno de los personajes. ¿No hubieramos hecho lo mismo nosotros en su lugar?


Con una cuidada edición cercana al libro-objeto (mérito que comparte con la editorial La Felguera), los Dirty Works se transformaron en un verdadero fenómeno dentro del público underground, y en una época en donde la batalla contra las redes sociales y los celulares parece perdida, no nos queda más que celebrar y unirnos a la legión de fans de la editorial. Y conseguir los libros, claro. Tarea nada fácil desde esta parte del mundo. 


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